jueves, 7 de abril de 2011

Bono habría invertido en vinos argentinos

El cantante en su visita a Tupungato, Mendoza
En la mañana del martes pasado, un tsunami de rumores del tenor más variado empezó a recorrer los distintos medios de noticias de la provincia con una supuesta llegada del líder de U2 a Mendoza.
Era cierto. El irlandés había llegado de incógnito a la provincia en un jet privado, pero se desconocían los motivos y los lugares que visitaría.
Se tejieron todo tipo de conjeturas, incluso una reunión con Gustavo Santaolalla en Lunlunta. Pero lo concreto era que el músico no sólo había llegado hasta aquí para probar buenos vinos, como hacía suponer la información, sino también para invertir en viñedos.
Según una nota de la periodista Laura Saieg en el sitio área del vino.com, el irlandés ya posee inversiones en distintas zonas vitivinícolas del mundo y la realidad cambiaria de nuestro país lo habría llevado a interesarse en los vinos mendocinos, algo que ya tenía planeado desde antes de pisar la Argentina.
Buscando a Bono
La historia comenzó así. El winemaker de la bodega Cheval Des Andes, Nicolas Audebert, recibió un llamado el martes por la tarde. Era de un amigo irlandés que vive y tiene viñedos en una zona alta de Tupungato. “Voy con un amigo importante, también irlandés, que está interesado en probar tus vinos”, le dijo.
Audebert aceptó la visita, ya que se trataba de un conocido. Hay que aclarar que la exclusiva Cheval (una de las bodegas del mismo grupo de Chandon, Terrazas y Latitud 33) no está abierta al público en general.
Cerca de las siete de la tarde llegó un auto a los viñedos de Cheval, en la zona de Las Compuertas, en Luján de Cuyo. Audebert, junto al enólogo Gustavo Ursomarso, recibieron a los irlandeses. Claro, hasta ese momento no sabían quién era este amigo que venía de viaje. “Les presento a Bono”, dijo el tupungatino por adopción. Unos segundos después se dieron cuenta de que ese Bono era el mismísimo cantante de U2.
Le mostraron los viñedos, la coqueta cancha de polo y subieron al vine loft, un salón onda deck desde donde se puede observar el majestuoso paisaje.
Allí descorcharon diferentes partidas de Cheval (un corte de cabernet sauvignon y malbec) y lo degustaron junto al líder de U2. Pasó algo más de una hora entre charlas y copas.
Antes de irse, Bono se llevó varios souvenirs: botellas de diferentes años de Cheval y la camiseta de polo del equipo local. Además dejó estampada su firma en varias de las camisetas de Cheval.
Desde su llegada al aeropuerto de El Plumerillo, alrededor de las 10.30 del martes, el músico accedió a todos los pedidos de los empleados y de las líneas aéreas de sacarse fotos con él, “amable y simpático”, como lo definieron todos.
De allí partió a la finca de su amigo irlandés de Tupungato, ubicada en el distrito de El Peral, donde almorzó y se distendió hasta eso de las 19, cuando partieron a la bodega Cheval Des Andes.
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