lunes, 18 de mayo de 2009

Mafalda, el popular personaje de Quino, volverá al barrio porteño con una escultura

(Nota: perdonen que esto no tenga nada que ver con la música pero un pedazo de mi corazón de infante le corresponde a la genial Malfada)

Mafalda, el popular personaje de historietas del dibujante argentino Quino, volverá al barrio porteño de la infancia, el mítico San Telmo, a sentarse en el umbral del edificio donde tantas veces alumbró sus agudas reflexiones.

El adorable personaje tendrá una escultura propia que será emplazada a las puertas del edificio de apartamentos donde vivió Joaquín Salvador Lavado, más conocido como Quino, y que el artista eligió como escenario para muchas de las escenas de su más célebre historieta.

"La idea es que la gente pueda sentarse junto a ella y sacarse fotos si quiere", dijo hoy a Efe el escultor Pablo Irrgang, quien tendrá a su cargo la tarea de darle vida "tridimensional" a la niña de tinta china y papel que aborrecía la sopa.

La escultura respetará el tamaño natural de una niña como Mafalda, evitando el resultado un muñeco gigante, grotesco o chocante.

Irrgang, quien ya se encuentra trabajando en los bocetos, buscará que la figura "pase medio desapercibida, que sea una nenita sentada en la vereda, en un banquito o en el umbral del edificio".

La idea de identificar de algún modo la "casa del mito", como se conoce al edificio de la calle Chile 371, en San Telmo, surgió hace cuatro años por parte de fanáticos de Mafalda en internet, que proponían poner una placa de identificación en el sitio.

Pero la propuesta se convirtió luego en un proyecto formal del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que propuso a Irrgang concebir una escultura de la niña pacifista y fanática de los Beatles.

Irrgang pasará en breve de los bocetos al modelado en arcilla de la figura, para hacer así un molde y luego un pasaje al material final, resinas plásticas o fibra de vidrio.

Para este proyecto, hubo que pedirle autorización a Quino, por medio de su representante, y convencer al dibujante, que "era reacio a la representación de su personaje en tres dimensiones porque no ha tenido buenas experiencias en el pasaje del dibujo a lo tridimensional", explicó Irrgang.

Finalmente, el escultor le escribió una carta a Quino explicándole el proyecto al detalle y logró el visto bueno del dibujante, quien supervisará el proceso creativo de la escultura, que demandará unos dos meses de trabajo.

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